En el uso de materiales se concretan ideas y percepciones. Si primero estaba el silencio y las palabras son la copia, que decía Brossa, podemos decir en esa línea que el ensamblaje de las piezas modela el vacío, que a veces incluso sale mejorado, sin duda alterado. En ese juego nos sorprenderá encontrarnos con la música silente de los objetos inventados. Una jaula, un barco, un mueble, se podrían descomponer hasta dejarlos irreconocibles. Pero no dejarían de ser, en parte, lo que una vez fueron. O sí. De la misma forma se pueden idear estructuras que nos inspiran asociaciones con objetos conocidos, sin serlos. O construir sensaciones nuevas. La escultura se vuelve poesía. Y tiene su vuelo propio. El objeto resultante cobra vida con su presencia y entorno, por lo que será siempre algo constantemente inacabado. Igual que sus elementos fueron una vez parte de otra cosa. Pura magia de artesano del ingenio, producción de artista.
La poesía no sirve para nada, diría la burocracia. ¡Mentira!. Combate el vacío. Pep Fajardo es un recolector y transformador de la poesía de los desechos, convierte ilusiones. Obra y bricolaje, maquinaria de los sentidos.
Juan Pedro Salinero
Entrevista. Texto introductorio.
Infodarte. 2015